Glorioso mártir de Jesucristo,
amable protector mío San Pancracio,
ya que el Señor escucha tan favorablemente tus ruegos,
ayudando espiritual y temporalmente a los que piden sus gracias por tu intercesión,
atiende la petición que, con humilde confianza en la bondad de Dios
y apoyado en tu poderoso valimiento, elevo al cielo en mi presente necesidad.
(Aquí hágase la petición que se desea conseguir del Santo.)
Ya que tu grande amor a Dios te animó a ofrecer la vida en testimonio de la fe,
obten para mí este mismo amor y esta fortaleza en la práctica y en la confesión de la fe.
Para alcanzar tu continua protección sobre mí y sobre mi familia,
te ofrezco ser fiel en el cumplimiento de la ley de Dios y en los deberes de mi estado,
y procuraré agradarte con la frecuente recepción de los santos Sacramentos.
Sirviendo a Dios y ayudado por ti,
espero gozar de tu compañía en el cielo.
Amén
Oh glorioso San Pancracio que en la hermosa juventud,
que tan rica y halagadora se presenta para vos con las promesas del mundo,
sin embargo renunciasteis magnánimamente a todo para abrazar la Fe
y servir a nuestro Señor Jesucristo con gran ardor de caridad y con profunda humildad,
y por El ofrecisteis alegremente vuestra vida con un sublime martirio, escuchad, os suplico,
mi plegaria ahora que sois tan poderoso delante de Dios.
Obtenednos una viva fe que nos sirva de luz mientras peregrinamos en este mundo;
un ardiente amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.
Alcanzadnos también espíritu de desprendimiento de los bienes de la tierra
y desprecio de las vanidades del mundo;
y humildad para practicar ejemplarmente la vida cristiana.
Os rogamos igualmente de un modo especial por los jóvenes.
Acordaos que sois patrono de la juventud; llevad, por lo tanto, al Señor a todos los jóvenes, convertidos en puros y fervorosamente piadosos por vuestra intercesión.
Obtenednos a todos la felicidad del Santo Paraíso.
Así sea.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
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